Materiales, tipos y aplicaciones de un componente esencial para la solidez de las estructuras.

El desarrollo tecnológico e industrial del mundo moderno ha dado lugar a la invención de las tuercas autofrenantes, que hasta la fecha son la solución más avanzada para evitar el aflojamiento, el desalineamiento o la separación de las uniones atornilladas. Estas tuercas tienen un diseño simple pero ingenioso: su principio de funcionamiento se basa en crear una resistencia adicional contra el desenroscado, asegurando una conexión estable a lo largo del tiempo y, por lo tanto, la seguridad de la estructura. Estas tuercas son altamente versátiles y encuentran diversas aplicaciones industriales, especialmente en los sectores automotriz y aeroespacial, donde las vibraciones y tensiones a las que están sometidas las estructuras requieren una estabilidad absoluta de las uniones.

Las tuercas autofrenantes se reconocen a primera vista gracias a la presencia de un elemento especial que evita el desenroscado. Este elemento puede ser de diversas formas y materiales según las aplicaciones: desde el inserto de nylon, la primera tipología introducida, hasta soluciones más sofisticadas como bridas y tapas metálicas integradas en la tuerca.

– Las tuercas autofrenantes con inserto de nylon tienen una sección superior con una arandela de nylon, ligeramente más pequeña que el diámetro del tornillo. Cuando un perno se aprieta contra la tuerca, el inserto se deforma elásticamente sobre el hilo, generando una fricción constante que aprieta el ensamblaje y evita su desenroscado. Esta tipología de tuerca, gracias a su excelente combinación de seguridad y resistencia, es ideal en contextos donde la resistencia a las vibraciones es fundamental, especialmente en la industria automovilística y aeronáutica.

Las tuercas autofrenantes con brida tienen una brida integrada que actúa como una cápsula, distribuyendo la carga en los hilos y reduciendo la presión ejercida sobre la superficie de apoyo. El lado inferior de la brida puede ser liso o tener muescas radiales que evitan aún más la rotación y el desenroscado. Este tipo de tuerca minimiza las posibilidades de dañar los componentes metálicos: por lo tanto, se utiliza en situaciones que requieren una conexión estable y resistente a las fuerzas laterales, como marcos y estructuras portantes.

– Otro tipo son las tuercas autofrenantes ciegas con carcasa, con una tapa de plástico o acero en la parte superior. El extremo en forma de cúpula cubre el hilo sobrante, ocultándolo a la vista y protegiéndolo de golpes y contactos accidentales. A pesar de su amplio uso, estas tuercas a menudo se utilizan como tapas para pernos y barras roscadas, y en todos los casos donde se requieren atenciones estéticas especiales.

– Por último, las tuercas autofrenantes completamente metálicas se caracterizan por la deformación radial del hilo: el diámetro del hilo disminuye progresivamente sin modificar su paso. Durante el proceso de tornillo, se genera una fuerza que crea fricción en el hilo, impidiendo que la tuerca pierda adherencia. Antes de utilizar las tuercas completamente metálicas, se requiere una lubricación especial.

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